jueves, 17 de marzo de 2011

El portentoso The Freak. Artículo de elmundodeportivo.es de Barcelona, España, sobre Tim Lincecum


No das el tipo, chico. Eres demasiado bajito y demasiado delgado". Durante su carrera Tim Lincecum se ha hartado de escuchar estas palabras. Se las llevan diciendo desde que era un crío, y se las repitieron en la escuela secundaria e incluso en la universidad. Y siempre respondía del mismo modo: dirigiéndose al montículo de lanzamiento, enviando un misil con su brazo derecho y dejando al bateador de turno con un palmo de narices. Aquello bastaba para conseguir un asombrado "OK, estás en el equipo".

A Lincecum le llaman 'The Freak' porque rompe los estándares de su deporte y de su posición. Los 'pitchers' o lanzadores en béisbol suelen ser tipos muy grandes, entre 1,90 y 2,00 m., y muy corpulentos, de más de 100 kilos. Se necesita un brazo muy poderoso para ser preciso enviando bolas a más de 150 kms/hora. 'The Freak' apenas alcanza el 1,80 de estatura y pesa 78 kilos, pero tras ganar ayer las Series Mundiales con los San Francisco Giants ya nadie duda que es el mejor 'pitcher' de la Major League. Su secreto es una mecánica de lanzamiento muy particular, que convierte su cuerpo en un resorte elástico que es una fábrica de 'strikes' y la peor pesadilla de los bateadores.

En las finales contra los Texas Rangers, Lincecum ha demostrado que con sólo 26 años va camino de la leyenda. Se ha enfrentado al –hasta ahora– mejor 'pitcher' de la Liga, Cliff Lee, y le ha superado claramente. Y se ha medido con el ataque más potente del país y lo ha desarbolado por completo sin pestañear desde su frágil osamenta. Tipos de más de 2 metros y 130 kilos eran incapaces de impactar uno solo de sus envíos.

Ciertamente, la apariencia de 'The Freak' no es la de un jugador de béisbol al uso. Con su larga melena lacia y su liviana estructura, parece más el batería de un grupo grunge de su Seattle natal que uno de los mayores talentos que haya dado el béisbol en los últimos años. Sin embargo, lanza sistemáticamente a más de 150 kms/hora e incluso ha llegado a superar los 160 kms/h., algo que sólo consiguen tipos que le sacan 20 cms. y 30 kgs. Y todo gracias a la obsesión por la perfección de su padre, Chris, un ex jugador de ligas menores e ingeniero de la fábrica de aviones Boeing. Lincecum padre grababa en vídeo los lanzamientos de su hijo y luego los visionaba y los corregía. Consciente de que sus hechuras corporales no eran las apropiadas para un 'pitcher', obligaba a Tim a efectuar un movimiento 'de catapulta' completo con su cuerpo para imprimir mayor potencia al lanzamiento. Con tal fin, le dejaba una moneda de dólar delante del montículo de lanzamiento, que el chico tenía que recoger después de soltar la bola, cerrando un arco completo. Así llegó a convertirse en el prodigio de flexibilidad que es hoy en día y en un verdadero rompecabezas para los analistas biomecánicos de los equipos rivales, que tratan de capturar la esencia de su eficacia repasando cada uno de sus movimientos.

Como sucede con los 'pequeños' que han convertido al Barça y a la selección española de fútbol en referentes universales, hoy se dice que el 'efecto Lincecum' podría cambiar el béisbol para siempre, y que el talento acabará por romper los prejuicios físicos en el futuro

1 comentario:

  1. Me encanta... lo imprimi y lo pegue al libro que se supone tengo que leer.. :-)

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